PAZ EN MEDIO DE LAS TORMENTAS

Aún en medio de la tormenta y los tiempos difíciles es posible vivir en paz, ¿estás dispuesto a lograrlo?
Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas, exista calma y serenidad dentro de nuestro corazón.
"Señor, que no necesite mi existencia de tormentas para amarte, que no necesite de centellas que me atemoricen para recurrir temeroso a tí. Que no sean necesarias las tinieblas y las inundaciones para buscar tembloroso tu amorosa mano. Que me percate de que únicamente junto a ti puedo encontrar paz, alegría y entusiasmo... y que cuando me sacudan el alma las tormentas interiores, me refugie en la paz de tu amor".
Un concierto-conferencia en busca de la paz y el amor de Cristo, porque dando es como recibimos; un espacio para convivir y conjuntar furzas por las personas que mas lo necesitan olvidandonos de nuestros propios problemas y concentrándonos en los de los demás, donde la unión logra grandes momentos.
De eso se trata este tiempo de hacer renacer en nosotros el amor y la misericordia, de luchar por los demás y de unirnos para lograr el bien y la paz conjunta.
Porque todos podemos hacer algo por alguien, y no solo en esta época sino siempre...
Y si te sientes solo y la angustia te agobia, recuerda que Jesús siempre está a tu lado, que te ofrece fe en vez de miedo, esperanza en lugar de duda, alegría en lugar de tristeza y paz en medio de un mundo que se desmorona.

Su amor no conoce fronteras, no tiene limitaciones de raza, ni de religión, ni de país.
Él te hablará y te guiará en medio de las tempestades de la vida. Pero debes abrir tu corazón a Él, estar atento a su respuesta. Lo que veas y oigas en la mente y en tu corazón, con los ojos y oídos del Espíritu Santo, será la respuesta a tus súplicas. Será tu consuelo y te traerá paz.

Pero sobre todo recuerda que la mejor forma de acercarnos a Jesús es tender la mano a nuestro prójimo, "porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; fui forastero y me recogiste; estuve desnudo, y me cubriste; enfermo y me visitaste; en la cárcel y viniste a mi" (Mt. 25:35-36)

"De cierto os digo que en cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hiciste" (Mt 25:40)