
Así que hoy empieza el siguiente paso de mi vida, acepto el reto que eso significa y lo haré.
La experiencia de estos años me hará ir con paso lento pero firme, pensando cada palabra y cada acción para que todo salga como debe ser. Dedicaré los años venideros al Señor Jesucristo lo cual es mi vocación y mi ferviente deseo.
Recibir la invitación de la Iglesia Bethesda de Monterrey fue como un vaso de agua limpia, refrescante. Me voy en el momento mas agradable de mi vida, lleno de amor y de paz, si enfermo pero no moribundo... Con las bolsas vacías, pero enriqueciendo a muchos y con las manos llenas de mis seres queridos que dieron todo por mi. Su presencia a distancia me hará ser fuerte y lograré mas y mas para todos nosotros y viviremos en paz y tendremos todo para no sufrir.
Joh